“La iniciativa surge desde nuestra organización, movimientos sociales y ciudadanos que se acercaron para ver qué podíamos hacer en solidaridad y apoyo de las monjas y decidimos hacer este abrazo simbólico. Convocamos a toda la población salteña que se quiera acercar, sin distinción de partidos políticos. Nosotros vamos a apoyar a mujeres que hicieron una denuncia por violencia de género”, sostuvo Carmen Chuchuy, psicóloga social de la Fundación.
La psicóloga también explicó que fue difícil lograr adhesiones en un primer lugar debido a que se trata de un tema que tiene en medio a la religión. “Nos costó visualizar que no es que estamos apoyando o encontrar de la Iglesia sino que estamos apoyando a mujeres que hicieron una denuncia”, dijo.
Además, habló acerca de las diferencias entre una mujer que está en la sociedad, rodeada de información sobre el tema de la violencia y las hermanas que están encerradas.
“Para ellas es un proceso larguísimo difícil y realmente para que lo realicen debe tener una magnitud inmensa”, aseguró Chuchuy.