Son días de palabras y documentos altisonantes , hasta los silenciosos salieron a levantar las voz.
La violación en el Barrio de Palermo está en boca de todos; hasta la próxima violación seguro, el yo no fui se lee entre líneas y las explicaciones academicistas huelen a trillado, a ya dicho.
Que el árbol no tape al bosque. Es el árbol porque cacarean ahora y se callan con el bosque de las violencias cotidianas que sufren las mujeres en cada lugar en cada espacio.
Entendamos que el árbol no está solo, sino en medio de bosques sombríos que solo las mujeres denuncian solas, sin garantías del estado en muchísimos lugares del país, miles de violencias y desigualdades más allá o más aquí de las áreas de género locales.
No caigamos en la trampa de hablar de ellos, sino trabajemos con todo el bosque desde que son arbolitos, que deben crecer en una cultura igualitaria y no violenta más desarrollada, no para exquisitos sabiondos sino para el bosque y su diversidad.
Hugo Huberman
Psicólogo Social